Hace un tiempo estuve jugando al Final Fantasy VII para ordenador, al que acabé tildando como uno de los mejores juegos de la historia. Quizás por ello me quise adentrar en el primer título de la saga que salió hace tiempo para NES pero que ahora, y gracias a un muy buen lavado de cara ha salido de nuevo para otra consola, en este caso la GBA.
Es un juego con una buena trama (de las típicas, pero teniendo en cuenta que era uno de los primeros juegos con este tipo de argumentos eso hace que se valore aun más). Tiene unos buenos gráficos(estamos hablando de una consola portátil) aunque inferiores a los del metroid o Zelda:Minish Cap. La acción y las batallas son de las míticas por turnos, y con una gran variedad de enemigos. Además, la música es muy buena, tanto, que parte de la misma siguió siendo usada en posteriores entregas (incluso en la séptima). Además, al principio escoges el tipo de los personajes que quieres (luchador, monje, ladrón, mago rojo, mago blanco y mago negro) cada uno con sus propias características y habilidades.
Yo por ejemplo pillé luchador, ladrón, mago rojo y mago negro pero ahora que me he pasado el juego escogería luchador, monje, mago negro y mago blanco.
Pero tiene como casi todos los juegos alguna cosa negativa, y es que o tienes la guía delante en algunos puntos o podrías estar dando vueltas como un tonto por toooodo el mapa (que es muy grande, demasiado, me puse a cruzar el océano con un barquito y tardé tanto que pensé que no había orilla al otro lado) durante horas.
Además, es una historia muy lineal, demasiado para mi gusto, sin permitir que haya ninguna variación.
Con todo, aquí os dejo el comienzo de este primer título de la saga más famosa de juegos de ordenador:
El mundo está sumido en las tinieblas.
El viento se detiene... El mar ruge... La tierra se pudre...
Por todo ello, los hombres están convencidos que una profecía está a punto de cumplirse: "Ante las tinieblas, los Cuatro Guerreros de la Luz se alzarán".
Después de un largo recorrido, cuatro jóvenes aventureros acaban de llegar portando cada uno un cristal en la mano...
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